Una vez más, después de casi un año en desuso, saco el puñal.
Parece que llega sin causa aparente...cargando su sencillez y temple.
Innumerables ocasiones ha producido llanto, segado súplicas, sucitado amenazas...condenas al usuario. Pasa del rosa al rojo.
Se hunde...una....dos...tres veces. La carne no lo soporta. Unas veces tarda más en separarse el tejido...tanto, que el puñal empieza a dudar...hasta que siente la inquietante tibieza de la sangre....coup de grâce.
Muerto.
Todos ellos, una vez henchido el corazón, se encuentran muertos.
Ojos del mal.
Rata fatal.
10 octubre, 2007
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