08 marzo, 2010

>>

Este estado es curioso. Uno se encuentra en el limbo de su personalidad. Las cosas, al darles menos importancia, se vuelven preciosas. Y se ignoran.
Por el miedo a lo que representan. Ese pie se ha ido. No te esperó. ¿Tú esperarás al tercero?

Envejecemos juntos sin siquiera saberlo. Entrevemos el velo de nuestro tejido, sin saber. Si será real. ¿Serán la carne de los muertos? Este estado, tan inmenso, te sumerge en el espejo de las repeticiones. Tan rápido que es estático. Todos gritando lo mismo.

No hay comentarios: