Cuando te diga que tienes una rata de por vida, no me creas. En las despedidas o afirmaciones a uno se le sale la pulpa, pero después vuelve la cáscara y jamás (por lo menos en el campo provocado) nos volveremos a ver.
Puedo cambiar de opinión sobre ti tan rápido como un latigazo, sobre todo si ésta tambalea…y si toca el piso, es probable que eche raíces. Rara vez me preocupo por lo que se cae. Si me perforaste, te irás para abajo de todos modos…suavemente. Y cargaré conmigo tu retrato como un prendedor del inconsciente.
Nunca estoy del todo contigo. Contradictoriamente, entiendo todo lo que dices…y es raro que tiempo después lo olvide.
Me gusta hacerte reír y pensar que te fui de ayuda. Es gracioso…quiero que mueras, pero también que vivas bien.
Estoy enojada con él, ella o tú, sin saber ni ellos ni yo la razón. Tormentas impredecibles, que…a ser sincera…últimamente han sido rebajadas a tristes lloviznas.
‘La cáscara es muy dura porque dentro es blandísimo’, es lo que dicen de manos frías como yo. Puede ser verdad, puede ser falso, tal vez no lo se.
Este es un pequeño tratado de mí para mí. Así eres, y aún así te aprecias…que bueno que estoy dentro de ti.
09 junio, 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Mucho Gusto en conocer este Blog. Mucho gusto haberlo leído...
muchas son las gracias que le doy.
hah, pobrecillo.
Publicar un comentario